Malvinas: ven color electoral en el padrón de veteranos

(www.elciudadanoweb.com) Por Agustín Aranda.

Cansados de esperar, los más de mil ex combatientes de islas Malvinas santafesinos viajarán el 9 de marzo a Capital Federal, donde visitarán varios ministerios y hasta la Cancillería para dejar reclamos. El más importante es que sienten que, después de la guerra, la lucha por la soberanía no le interesa al gobierno de Cambiemos. También advirtieron que el Ministerio de Defensa de la Nación empezó a inscribir como veteranos a militares que prestaron servicios durante la guerra, pero en el terreno continental. Esto los convertiría en beneficiarios de una pensión que hasta la fecha tiene en la nómina a 23.403 argentinos, desde soldados rasos hasta altos oficiales del Ejército, Marina, la Fuerza Aérea, Gendarmería y Prefectura. “Es un error confrontar a un argentino con otro. Los movilizados (que hace años intentan apegarse al beneficio) cumplieron un deber y por destino no les tocó ir a las islas. Pero la ley es clara. El problema que se usa con fines políticos”, dijo el presidente del centro de ex combatientes de Rosario, Claudino Chamorro. Adelantó que la marcha será la primera gran movilización de la Confederación de Veteranos que reúne a 19 de las 23 provincias. También acompañará la Comisión de Familiares de Caídos, que transitan días delicados: avanzan los trámites para la localización de los restos sepultados en más de 100 tumbas NN del cementerio Darwin. En una entrevista con El Ciudadano, Chamorro se mostró preocupado.

—¿Qué los lleva a marchar el 9 de marzo?

—Vemos frialdad respecto a la soberanía de Malvinas. No hay preocupación por los reclamos. No vamos a permitir que se negocie. Iremos al Ministerio de Defensa y del Interior, luego a Pami, Ansés y Cancillería. Se presentarán distintos petitorios. En Defensa estamos preocupados por cómo se modificó el régimen de pensiones. Vemos que muchos soldados que no fueron parte de la guerra han solicitado la alta. No son considerados veteranos. La ley es clara. Los veteranos somos quienes tuvimos acción de combate o estuvimos a 200 millas –ver recuadro–. No sabemos por qué el gobierno inició esta ampliación para inflar el padrón de veteranos de guerra y entregar pensiones a personas que no estuvieron efectivamente en el conflicto arriesgando sus vidas.


 —¿Por qué un Estado decidiría sumar más soldados al padrón?

—No lo sabemos, pero vemos cómo los padrones crecen y nos preocupa. En Santa Fe la Cámara de Diputados tuvo que frenar un proyecto similar el año pasado. Inflarlo puede ser usado para decir cualquier cosa: que fue una guerra pareja o dispareja para su lado y la ganaron igual. Entre las clases 1962 y 1963 había miles de soldados. Los ingleses podrían decir que sólo con 29.500 nos ganaron. Seríamos un pueblo de cobardes. Ellos nos superaban 6 y hasta 10 veces a uno. Fuimos soldados de la Patria y nos ordenaron qué hacer y lo hicimos lo mejor que pudimos. Bien o mal, pero sabemos quiénes estuvimos.

—¿Cómo es la relación con los soldados que no están incluidos en la ley, también llamados movilizados?

—Es buena y respetuosa. Siempre los recibimos y explicamos los alcances de la ley y sus modificaciones. Entendemos que los políticos usan a los soldados. Son cuatro veces más que los veteranos. Es un número importante en una elección. Nos trataron de dividir con los movilizados creando falsas expectativas.

—Hace dos años la confederación de centros de ex combatientes logró unir y contactar a veteranos de casi todo el país. ¿Cuáles son los problemas en común que encontraron?

—Entre Buenos Aires, Santa Fe, Chaco y Entre Ríos está el 80 por ciento de los veteranos. Se logró incluir a los oficiales, suboficiales y civiles de apoyo. Logramos unificar criterios en 19 provincias para pelear por mejorar la vida de la comunidad de veteranos. Hay desfasajes entre las provincias y las realidades de cómo se nos cuida. La unidad nos ayuda a poner una vara en salud. Tenemos la cobertura de Pami que sufrimos. No les están pagando a los prestadores. Pero aun con lo deficiente en Santa Fe no llega a ser tan grave como en otros puntos del país, donde compañeros han muerto por falta de atención. Estamos en una edad donde algunas enfermedades deben ser detectadas lo antes posible para ser tratadas.

NÚMEROS DISPONIBLES

Según el Ministerio de Defensa, existen 23.403 veteranos de guerra de Malvinas y sólo 1.238 fueron reportados fallecidos durante o después del combate en las islas. La mayoría, unos 20 mil, se reparten entre Ejército y Fuerza Armada. La Fuerza Aérea tiene unos 2.300, Gendarmería unos 50 y Prefectura un poco más de 100.

LA LEY Y LOS CAMBIOS

En 1990 se aprobó la ley que creó la pensión vitalicia para los conscriptos que participaron en las acciones bélicas del conflicto del Atlántico sur entre el 2 de abril y el 14 de junio de 1982. En 1996 otra ley modificó la original: sumó a quienes prestaron servicio en el denominado Teatro de Operaciones Malvinas (TOM) –islas Malvinas, Georgias, Sanwich del Sur– y el Teatro de Operaciones Atlántico sur (Toas), el espacio aéreo y submarino pero no así la parte continental. En 1997 se extendió por otra modificación a los oficiales y suboficiales, aun cuando años más tarde se iniciaron juicio de subalternos por abusos y torturas. Desde el principio de la década surgió el reclamo de los movilizados, esto es, soldados que estuvieron en la operatoria militar, por ejemplo en Comodoro Rivadavia, pero no están incluidos en la normativa.

“NO SE PUEDE REPATRIAR A ALGUIEN QUE ESTÁ EN SU PATRIA”
Pocos días después del aniversario del final de la guerra el barco Lago Lacar frenó la marcha a mitad de camino hacia las islas Malvinas. En la radio le advirtieron al puñado de familiares de caídos que si avanzaban serían derribados. Los padres Héctor Cisneros y Elbio Araujo decidieron pegar la vuelta al continente. Antes hicieron un juramento: iban a volver y lograr que todos familiares de los cientos de caídos puedan visitar el último lugar que vieron sus seres queridos, un territorio que a 35 años aún se disputan Gran Bretaña y la Argentina. Imaginaron que tal vez madres y hermanos puedan dejar alguna flor en las tumbas del cementerio Darwin. Entre las argentinas, el camposanto tiene 123 señaladas como “Soldado sólo conocido por Dios”. El 2017 puede ser el año en el que esas familias lleguen a una lápida con nombre y apellido. La Cruz Roja completará entrevistas con familiares y si obtienen el permiso empezarán las exhumaciones de los restos NN. En un laboratorio de Córdoba los datos se cruzarán con las muestras de sangre. “Si los familiares quieren tener los restos en el cementerio de su localidad está bien, pero no puede ser el Estado quien lo exija o promueva. Los caídos son el último eslabón de soberanía frente al mundo entero”, explicó a El Ciudadano, María Fernanda Araujo, hija de Elbio y hermana de uno de los soldados “sólo conocido por Dios”. Hace poco la mujer tomó la presidencia de la comisión de familiares de caídos que desde 1998 hizo 24 viajes grupales a las islas y hasta levantó un monumento con el nombre y apellido de cada soldado fallecido en combate. Araujo adelantó que acompañará la marcha de los ex combatientes el 9 de marzo.

Durante la última semana de febrero Araujo se entrevistó con Diego Rojas Coronel, jefe de la Misión del Comité Internacional de la Cruz Roja. Para ella fue un quiebre. Es que los familiares no estaban convencidos de que se avanzara con la exhumación de los restos NN de los caídos en Malvinas y el hundimiento del barco Islas de los Estados que están en el Darwin. “Es una cuestión de Estado. Acordamos con la localización pero pedimos que se mantengan entrevistas previas con los familiares en la que participen además agentes del Ministerio de Desarrollo Social porque es necesario preparar a las personas”, explicó la entrerriana y adelantó que ya se hicieron 80 de las 123 entrevistas. “Todavía no empezó la identificación. Están en fase de monitoreo. La idea que se cuando se identifiquen vayan a un cajón nuevo”, agregó Araujo. Una vez “localizado” será la familia quien deba decidir si poner una lápida con nombre y apellido en el Darwin o trasladarlo al continente. “Cada familia elegirá. El gobierno no lo puede decidir. No se puede repatriar a alguien que está en su patria. Si hablamos de repatriar, serían los ingleses quienes deben llevar a su país a sus muertos”, indicó y opinó: “Mi hermano en el cementerio de Entre Ríos sería uno más. En Malvinas es un héroe por siempre y si pudiera hablar con él me diría que quiere quedarse allá. Sabe que se derramó su sangre por la soberanía del país”.

“Vamos a acompañar lo que definan los familiares y aceptar lo que ellos consideren es justo. Creemos que quieren identificarlos para trasladar los restos pero el problema es que ellos son los custodios de la soberanía de las islas”, sumó Claudino Chamorro, del centro de ex combatientes de Rosario.

La comisión se unirá desde las 9 el 9 de marzo en la Facultad de Ingeniería de Capital Federal a la marcha que harán los ex combatientes de todo el país. Harán foco en las oficinas de Pami y Cancillería, donde presentarán un pedido formal para que el traslado de los restos sea sólo si el familiar lo pide.

“La atención en salud de los ex combatientes es desastrosa. Al igual que al resto de los abuelos de Pami sufren porque los prestadores de los servicios se retiraron por falta de pago”, agregó sobre el problema que se mantiene en la obra social de los jubilados.