Explosión, eyección y supervivencia


(diariopublicable.com).- A bordo de su Mirage, Piuma Justo, de 38 años, partió hacia las Islas Malvinas. Nunca había imaginado participar de una guerra y, cuando tuvo que entrar en combate, puso todo su entrenamiento en práctica para realizar sus objetivos. Satisfecho por haber cumplido, cuenta su historia.                                                                                                                      Un misil teledirigido impactó en su avión y lo hizo arder. Lo primero que pensó fue que la hora de morir había llegado. Un instante después, se eyectó. El 21 de mayo de 1982, desde la localidad santacruceña de Puerto San Julián, Gustavo Alberto Piuma Justo, y su Mirage V Dagger, junto con dos aviones más, habían salido hacia las Islas Malvinas. Al llegar se toparon con dos Harriers (aviones ingleses de combate) y comenzaron a luchar. Primero cayeron sus dos compañeros y, a las 14.53, fue el turno de Piuma.



El Brigadier, hoy retirado, quedó inconsciente apenas fue despedido de su nave y despertó después de algunas horas,  en estado de shock, en un lugar descampado, que le costó reconocer como las Islas Malvinas. Tenía un tobillo roto, el esternón se le había hundido por la presión del aire y casi no podía respirar. Como sangraba por la boca, pensó que su vida corría peligro a causa de una herida interna. Pasó una fría noche con un pequeño bote de supervivencia como único refugio. Al día siguiente, gateando, llegó a un rancho deshabitado.

Horas más tarde, arribó un helicóptero en su rescate. Al ver que la escarapela de la máquina era argentina, Piuma sintió una emoción enorme: “Se me pasó la película de mi vida, mi adolescencia, mi familia, el rugby”. El médico argentino que descendió de la nave lo tomó por el cuello y lo increpó: “What's your problem!?" A lo que el brigadier le contestó: “¡Qué what's your problem, pelotudo!, ¡soy el mayor Piuma!”. Avergonzado e incómodo, su compatriota le  pidió que lo disculpara, pues lo había confundido con un piloto inglés que habían derribado.

Piuma siempre quiso volar. “Yo quería ser piloto de un avión de combate”, reconoce y recuerda que desde los cuatro años tiene esa pasión. Cada vez que miraba al cielo y pasaba una nave sobre él, quedaba ensimismado. Sin embargo, nunca se había planteado la posibilidad de combatir en una guerra.

“Vi el casco del piloto inglés pero no lo vi como una persona, sino como una máquina que puede hacer mucho daño, tenía que derribarlo, era uno u otro”, confesó Piuma, que más allá de haber recibido dos condecoraciones ("Herido en combate" y al "Valor en combate"), está más que satisfecho con lo que hizo durante la guerra. “Lo más trágico para un soldado es sentirse un cobarde, se le pueden aceptar defectos, pero no se permite que le falte valor”, asegura. Para definir la valentía, el excombatiente recurre a una frase del escritor español Miguel de Cervantes Saavedra en Don Quijote de la Mancha: “El valor reside en el término medio entre la cobardía y la temeridad”.

La formación que recibió en la Fuerza Aérea fue muy útil para no pensar en la muerte y concentrarse en sus objetivos. “Estaba arriba y tenía que actuar, me educaron para ser un hombre valiente y respondí. Cuando despegás, no pensás más, no se te cruza nada que te sujete a la tierra, eso lo anulás”, asegura el Brigadier retirado.

La batalla de San Carlos resultó única para Piuma: allí fue derribado, en un combate aéreo tradicional, una clase de pelea más romántica que el resto porque sucede en el cielo, entre pares, sin obstáculos. Se las llama Dog fight, porque se usa la misma estrategia que los perros para pelear: atacar por atrás.
Las noticias sobre la rendición les llegaron cuando estaba siendo atendido: “Me enteré de que las cosas iban mal en el hospital de Puerto Argentino, me dijeron que me evacuarían, si no, quedaba prisionero”. Esto le pareció raro ya que hacía poco habían hundido cuatro buques ingleses. El excombatiente estaba convencido de que las naciones llegarían a un acuerdo, y confiesa: “Nunca pensé que nos íbamos a rendir”.