El Parlasur expresa su rechazo al colonialismo británico en las Malvinas


El Parlasur expresa su rechazo al colonialismo británico en las MalvinasMontevideo, 10 nov (EFE).- El Parlamento del Mercosur (Parlasur) reafirmó hoy en una sesión extraordinaria su rechazo al control británico sobre las Malvinas y subrayó que se trata de un conflicto “colonial” de alcance “global” que amenaza la paz en la región.                                                                     Montevideo, 10 nov (EFE).- El Parlamento del Mercosur (Parlasur) reafirmó hoy en una sesión extraordinaria su rechazo al control británico sobre las Malvinas y subrayó que se trata de un conflicto “colonial” de alcance “global” que amenaza la paz en la región.


La negativa británica a negociar sobre la soberanía del archipiélago austral fue definida como una “anacrónica” posición colonial, injustificable bajo cualquier consideración, que se ve agravada por la “militarización” de las islas y la explotación “ilegítima” de los recursos pesqueros y de hidrocarburos, de acuerdo con una declaración aprobada por unanimidad .


A la sesión asistieron además de los legisladores de Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela que componen el Parlasur, el canciller argentino, Héctor Timerman, y su par uruguayo, Luis Almagro.

“Déjenme agradecer esta sesión de un tema de gran importancia para mi país, en el que todos se han significado en apoyo y han dejado en evidencia que esta es una cuestión regional”, apuntó Timerman ante los legisladores del Mercosur.

El canciller argentino denunció ante los presentes “los objetivos de la ocupación” británica de las Malvinas o Falklands, como son conocidas las islas en inglés, desde su “usurpación” en 1833.

“El Reino Unido invadió tierra argentina con el último móvil de tener un territorio con ventaja estratégica, para tener control de los pasos interoceánicos.(…). Y ahora tienen allí la mayor base militar del mundo al Sur del paralelo 50, y venden hidrocarburos y depredan el mar dando licencias de pesca. Un distinto ropaje, pero es el mismo plan”, indicó Timerman.

Casi todos los oradores de la jornada expresaron su rechazo al argumento de la autodeterminación de los pueblos esgrimido por el Gobierno británico y los habitantes de las Malvinas para justificar su posición.

Precisamente, el año pasado los habitantes de las islas expresaron de forma abrumadora en un referéndum su deseo de seguir siendo súbditos británicos, decisión que fue considerada ilegítima por Argentina.

En ese sentido, Almagro apuntó que existen numerosos documentos y resoluciones internacionales que apuntan que la autodeterminación solo puede aplicarse “a pueblos subyugados”, y que en Malvinas solo hay hoy en día “gente originaria de la colonia”, una “población trasplantada”.

Timerman insistió también en esta tesis, subrayando que menos del 35 % de los habitantes de las islas, que en total no superan las 3.000 personas, son nacidos allí y que el resto son “colonos de la metrópoli” autorizados a residir allí por el gobernador, “un funcionario de la cancillería británica”.

“Es una población artificialmente mantenida a medida para mantener la ocupación y conspirar contra los intereses argentinos”, añadió.

En su exposición, Timerman agradeció el apoyo unánime a las tesis de su país brindado por el Parlasur, un paso que entendió como un ataque al “colonialismo militar y económico” que, según dijo, sigue queriendo “imponer en la región” un “sistema de vida en el que nuestros pueblos no podrán nunca desarrollarse”.

Entre los numerosos legisladores que expresaron su opinión sobre el asunto, una de las más explícitas fue la diputada venezolana Blanca Eekhout, quien consideró “la descolonización de las Malvinas una tarea impostergable” y la presencia británica en las islas “una herida sangrante para el Mercosur”.

“Es un trozo de Argentina usurpado y usado como base militar, es un llamado constante para seguir luchando por nuestra y absoluta independencia, sin imposiciones, tutelas ni amenazas”, dijo la diputada.

El reclamo argentino sobre las Malvinas se convirtió en un abierto conflicto bélico cuando la junta militar que gobernó Argentina entre 1976 y 1983 ocupó por la fuerza las islas el 2 de abril de 1982.

En la guerra, que terminó con la rendición de Argentina el 14 de junio del mismo año, murieron 649 argentinos, 255 británicos y tres isleños.

En los años 90 los dos países normalizaron sus relaciones mediante negociaciones en las que acordaron no tocar el tema de la soberanía, dado que el Gobierno británico se niega a tratarlo.