Punteos por la paz: un cordobés viajó a las Islas Malvinas y tocó "Aurora" en un bar de kelpers


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Por Badiha Sebih
Lo de Mario Cayon fue creérselo para después cumplirlo. Casi sin dimensionar que así arrancaba su sueño de “Música por la Paz”, este cordobés de 35 años viajó a las Islas Malvinas y punteó la "Canción a la Bandera" en un pub repleto de kelpers. Y esta anécdota, como si lo anterior fuera menor, lo deja incrustado en la historia: se trata de uno de los pocos argentinos que tiene registro visual de su recital en el archipiélago.

“En ese momento se me cruzaron las imágenes de las personas que antes de viajar me daban papelitos con nombres de sus familiares que habían muerto en las islas, eso fue lo que me motivó a tocarla en vivo”, recuerda junto a TN.com.ar el compositor y músico riocuartense.


Durante los segundos que duró “Aurora”, el respeto fue el patrón indiscutido en The Narrows Bar, el local donde terminó tocando en dos oportunidades. Pasa que en los siete días que estuvo en las Malvinas, Cayon descubrió que la “hostilidad” entre “ellos” y “nosotros” no es tal como se sospecha. “Sabían lo que estaba tocando por eso fue la composición que más indiferencia tuvo capaz”, responde ante la inquietud de este portal por conocer las reacciones del público, en medio de la extensa discordia política y territorial entre la Argentina e Inglaterra.

El video de esa noche, que acompaña a esta nota, llegó a TN y la Gente, el portal de periodismo ciudadano de TN.com.ar. En el mismo se escucha la introducción que una mujer hace del recital y, luego del punteo con el que “soleó” las islas con un poco de argentinidad, quedaron registrados los aplausos que le devolvieron. No hubo halagos ni jolgorio, pero sí un enfático silencio de cortesía.

LA TRAVESÍA
Después de 24 meses de trabas y de reunir el dinero, el 10 de mayo de este año el músico arribó al archipiélago: “Antes de ir hablé con personas del Gobierno y me aconsejaron que no tenga contacto con gente que gobierna y que no acate ninguna ley porque iba a estar reconociendo una autoridad extranjera en tierra nacional”. Pero nada de aquello ocurrió: el cordobés se relacionó con latinos que vivían allá, también con locales, vendió discos y hasta recibió la constante atención de un corresponsal de la BBC. Su objetivo es contribuir en la búsqueda de paz y, al menos durante esos días, lo alcanzó.

Ahora, el próximo destino de su proyecto “Música por la paz” es tocar en la ciudad de Jerusalén. Para esto, el proceso con el que consiguió viajar a Malvinas se reitera: buscar empresas que oficien de sponsors, seguir creando música y lanzarse a otra experiencia que alguna vez también consideró inalcanzable. Esta vez, confiesa Cayon, espera no tener que “vaciar” su estudio vendiendo sus micrófonos, pedales e instrumentos.

LA GÉNESIS Y EL PRIVILEGIO DE LA OTRA GRABACIÓN
Cayon grabó su primer disco hace unos doce años y ya suma seis en su discografía: uno fue editado en los Estados Unidos y otro en Bosnia. “Hace 10 años recorro el país haciendo clínica de música y talleres. Hace 2 estaba de gira por el Sur, llevé una composición del sexto disco y se me ocurrió filmar un clip en la costa del Atlántico. Ahí surgió esto de Malvinas, como una cuestión utópica. Cuando volví a Río Cuarto decidí tomarlo como algo más serio”, revela.

Ya en las islas, el argentino le pidió permiso a un miembro de la Asamblea Legislativa para grabar un video de la "Canción de la Bandera" en el cementerio. “Me contestó que era libre”, cuenta. Por eso, en homenaje a los caídos en la guerra de 1982 y por los padres que lo contactaron para que averigüe si sus hijos tenían tumbas, Darwin fue el escenario de otro video que protagonizó este músico. “Me considero argentino y tengo la idea de que a las Malvinas hay que merecerlas como Nación, más que con el viejo patriotismo. Yo no fui a gritar, fui a cantar”.