El apremio por identificar las tumbas en Malvinas.


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(cronista.com) Por Ana Gerschenson.-
Soldado argentino conocido sólo por Dios", está escrito en 123 tumbas blanquísimas y alineadas en la soledad del cementerio de Darwin. Son los cuerpos no identificados de los argentinos que combatieron por las islas Malvinas en 1982.
Este verano, 32 años después, podría comenzar el proceso para saber quiénes son los argentinos enterrados en el archipiélago austral, confirmaron a 3Días fuentes de la Cancillería argentina.
Una enviada del Comité Internacional de la Cruz Roja se instalará a mediados de julio en Buenos Aires para acelerar el proceso de recolección de muestras de sangre de los familiares de los caídos en 1982. Ya hay 70 extracciones, suficientes para comenzar el trabajo en Darwin, aunque antes el organismo internacional deberá formalizar su plan de identificación ante el gobierno británico.

El problema no ha sido Londres, que incluso entregó toda la documentación con datos de planos y señales de los cuerpos al momento del entierro, cuando finalizó la guerra.
Hace dos semanas, el ministro inglés para América Latina, Hugo Swire, reveló que su Gobierno aún no había sido contactado por la Cruz Roja Internacional, desde el anuncio argentino en 2012. Swire adelantó que Londres estaba dispuesto a colaborar para facilitar las tareas de los antropólogos forenses en las islas.
El pasado 10 de junio, la Presidente -en cadena nacional- reafirmó su intención de apurar los trámites: "Nos hemos comprometido con los familiares y la Cruz Roja a identificar a esos 123 cuerpos NN, cuerpos que no sabemos el nombre de quienes dieron su vida por nosotros. Identificarlos es una obligación moral y patriótica para honrarlos, como se honra la memoria de los héroes".
El tiempo apremia. Hay familiares de los soldados muertos ya ancianos o con su salud muy deteriorada. Hasta el momento, de los 123 caídos enterrados en Malvinas, 100 familiares han firmado el consentimiento para que se inicien las tareas en Darwin. El resto pertenece a un grupo que, hasta ahora, prefiere no remover el dolor del pasado o cree que existe un objetivo político por parte del kirchnerismo.
Es cierto que en el Gobierno admiten que hay apuro para el inicio de las tareas en Darwin porque, dadas las extremas condiciones climáticas en Malvinas, con fuertes vientos helados y nieve permanente, el único momento posible para que los antropólogos forenses puedan trabajar es el verano. Y la Constitución Nacional marca que este será el último verano de Cristina como Presidente.
Ha sido un camino complejo encontrar a padres, hijos y hermanos de los ex combatientes, en su mayoría de la Argentina profunda. Y la realidad es que tampoco fue un trabajo iniciado por el Estado, sino por un veterano de Malvinas, Julio Aro, y la periodista de la revista Gente, Gabriela Cocciffi, quienes, en 2008, tomaron el tema, reconstruyeron datos, y le llevaron tan sensible inquietud al Ministerio de Justicia de la Nación.
El ex líder de Pink Floyd, el cantante Roger Waters, terminó de empujar el proyecto cuando se lo planteó a Cristina Kirchner durante una entrevista en la Casa Rosada en 2012. Y finalmente, en abril de ese año, la Presidente le solicitó formalmente a la Cruz Roja Internacional que interceda ante el Reino Unido "para la identificación de los soldados caídos e inhumados" en las islas.
Juan Martín Mena, jefe de Gabinete del Ministerio de Justicia, es el nexo entre los familiares y la Cruz Roja. Increíblemente, cuando se anunció el proyecto, a 30 años de la guerra, el Estado no tenía en su poder una lista completa y fidedigna de los muertos en las islas. Tuvo que reconstruirse y la tarea es ardua, precisamente porque muchos de los soldados argentinos que murieron en Malvinas eran originarios de familias muy humildes, en muchos casos rurales, sobre todo en las provincias de Chaco y Corrientes.
"Es muy angustiante, porque el reloj cronológico nos corre y muchos padres no se quieren morir sin saber dónde están enterrados sus hijos, poder despedirlos dignamente. Es una tarea posible si hay voluntad de todas las partes", remarca el veterano Julio Aro, que peleó en Puerto Argentino como integrante del Regimiento 6 de Mercedes. Y cuenta que, todavía, hay una mamá en el conurbano, que todos los días va a la parada del colectivo a esperar el regreso de su hijo, como lo hacía hasta que se fue a Malvinas. 32 años después.